¿La suerte existe?
Esta es una pregunta común en el mundo de los negocios y de la empresa, sobre todo cuando se intentan buscar las causas del éxito y pretendemos añadir ese concepto entre las otras explicaciones contempladas.
Me da la impresión de que muchas personas usan el término de suerte como única variable explicativa cuando por ejemplo un conocido les habla de que les va bien en alguna esfera concreta de su vida, como puede ser en la progresión exitosa de un proyecto. Y sin ningún reparo les sueltan la frase como si de una muletilla ya se tratara: «Ostrás, qué suerte», lo que me hace sospechar que esto puede ser una forma de restarle mérito a la persona que se lo está contando, a su tiempo, dedicación, y esfuerzo, incluso al equipo involucrado en ese determinado proyecto, lo que para los más sensibles podría estar constituyendo una marcada falta de respeto.
Obviamente no podemos meter en el mismo saco a todos los que emplean esa muletilla, puesto que algunos lo harán sin dolo, o por desconocimiento, pero otros sí lo estarán haciendo con afán de desmerecer, mermar el ego, o restarle importancia al asunto del que se siente realizado por ello. Quizá ese objetivo venga dado por incapacidad o impotencia del agraviador, por ejemplo por no verse con la capacidad de hacer lo mismo. Quién sabe.
Pues bien, debido a esta inquietud, y buscando concepciones sobre la suerte di con una conferencia fantástica de Fernando Botella, (profesor de EOI, Socio de Training Lab, Socio Fundador y CEO de Think&Action) en la que nos diferencia la suerte del azar, y nos da 8 claves para crearnos la BUENA SUERTE.
Os dejo con los apuntes más relevantes para los que no podáis o no queráis emplear una hora y cuarto en ver el vídeo, a pesar de que en él, Fernando expone muchos ejemplos y narra algún cuento muy ilustrativo, que yo voy a omitir.
Sin más, empezamos, y lo hacemos con una frase bien contundente: La suerte NO existe.
Nos llamamos seres racionales, homo sapiens. Pensamos que llevamos el timón de nuestra vida, y la verdad es que se nos escapan muchas cosas, el cerebro toma gran parte de las decisiones por nosotros. A veces mediante un proceso más irracional de lo que creemos. Además, esa irracionalidad es predictible. Por eso está tan relacionado con el marketing, y el comportamiento del consumo.
Lo que la ciencia y las matemáticas han demostrado es que el AZAR existe, (el principio de incertidumbre de Heisenberg).
Hay una característica fundamental en la suerte que tiene que ver con el azar, y que no tiene la suerte de la que Fernando nos habla en la conferencia. Y es que no depende del ser humano. Está fuera de la zona de influencia de las personas. Sobre esa zona de no influencia se sitúa el azar. Así que por definición, si está ahí es incontrolable.
¿Por qué para hablar de la suerte cuando es mala hay que poner el adjetivo “mala” y por qué para hablar de la buena suerte no necesitamos el calificativo “ese ha tenido suerte”?
De hecho, ¿qué es mala o buena suerte si no hablamos de azar? Hay un parámetro que nos pueda decir si hemos tenido suerte o no en términos de la buena suerte y no de azar?
¿Cómo gestionas tu suerte? ¿Cómo gestionas tu vida? ¿No es si no la vida, una cuestión de elecciones? Elecciones que están basadas en la capacidad que tengas de crearte buena suerte. ¡Agua fresca y paja limpia! (basado en el cuento del establo que narra Fernando). Porque la buena suerte es la que tú construyes. Depende de ti.
Desde el punto de vista biológico vivir es consumir tiempo.
Desde el punto de vista psicológico/humano vivir es elegir. Estamos continuamente tomando elecciones. Y elegir es priorizar. Eso es lo que realmente va a marcar tu suerte personal y profesional. El camino que vas a elegir. Él cómo lo elijas. Y el tener muy claro qué significa tener buena o mala suerte.
La suerte favorece a las mentes preparadas. Louis Pasteur.
¿Estás preparado para tener suerte?
Otro componente que tiene mucho que ver con el azar, pero no con la suerte, es la capacidad de repetición. El azar se produce una vez, la buena suerte es tu vida.
Por tanto, si tú estás contruyendo tu buena suerte, la estás trabajando continuamente, y se te puede repetir. De hecho es acumulable, la vas gestionando.
Serendipia: este concepto no tiene que ver con azar. Cuando alguien se lo trabaja con esfuerzo, cuando busca nuevas soluciones, cuando es un innovador, cuando se cuestiona el status quo, etc eso no es azar, es buena suerte.
La gente de la que se dice que tiene suerte, lo que tienen es un poder de crear o de manejar 8 aspectos fundamentales.
La suerte es una función de parámetros desconocidos. Albert Einstein.
Por lo tanto, manejémosla nosotros, porque sólo tú eres el motor de la buena suerte.
8 Ideas Creadoras de la Buena Suerte
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Enfócate en lo que deseas
¿Por qué los humanos pasamos más tiempo pensando en las cosas que no nos gustan o no queremos? O por qué pasamos tanto tiempo analizando lo que no es conveniente para nosotros. Biológicamente esto se puede explicar, y tiene que ver con las amígdalas, que son las que gestionan las emociones.
Cómo vas a crearte buena suerte en ti mismo si centras todo tu foco en lo que no deseas. Terminarás temiendo. Y ese secuestro amigdaliano, como en la selva ante un tigre, provocará que huyas, que ataques, o que te bloquees. En el siglo XXI lo común es esto último (crisis de pánico, ansiedad, estrés, miedo tóxico crónico, etc).
El aburrimiento desconecta, la diversión conecta. Por eso en todo lo que hacemos tiene que haber ese punto. Nada cambia si nosotros no hacemos por que las cosas cambien.
Los obstáculos son esas cosas que uno ve cuando aparta los ojos de la meta. Henry Ford.
Los que dicen que no se puede hacer, al menos deberían dejar de molestar a los que lo están haciendo.
El conformismo se acerca a la mediocridad. Soñar para crear futuro. Traer el futuro al presente. ¿No crees que eres producto de lo que elegiste en el pasado? Todo lo que nosotros somos, lo somos porque en el pasado tomamos elecciones.
El mensaje es que si tú para ser lo que eres ahora tomaste las decisiones en el pasado, aunque haya sido un rato antes, es que solo tienes una forma de construir en el futuro, tomando las decisiones de mañana en el presente. Como esperes a ver qué sucede en el futuro, lo estás dejando al azar. (Esto pasa en el mundo empresarial y el personal).
Si no sabes a dónde vas, acabarás en cualquier sitio.
Hay una frase que podemos adaptar cambiando los verbos de orden: Si no lo veo no lo creo a Si no lo creo, no lo veo.
La profecía autocumplida: la profecía de un hecho, lleva al hecho de la profecía. Porque al final lo que se diferencia un sueño de un objetivo es en una fecha.
2. Se perseverante: las cosas se consiguen por esfuerzo.
La perseverancia es el esfuerzo repetido.
Tanto si crees que puedes como si crees que no, estás en lo cierto. Henry Ford.
Ya no se premia el esfuerzo… opciones como la cirugía estética, el aprendizaje de un idioma en dos meses, etc.
Al esfuerzo que cuando a través de la perseverancia, de una forma repetida, te lleva a enriquecer lo que tú ya puedas tener de conocimiento y habilidades, que le llamamos talento.
El talento, cuando encuentra el esfuerzo es cuando se multiplica. Arthur Rubinstein
Ese esfuerzo repetido y la capacidad de esperar a la recompensa se ha perdido socialmente. Pero no tenéis que perderlo. Si quieres algo, en general te va a costar conseguirlo, nadie os regalará nada. El azar quizás sí, la buena suerte la tenéis que trabajar.
Los ganadores nunca abandonan. Los que abandonan, nunca ganan.
Me ha llevado 10 años tener éxito de la noche a la mañana. Woody Allen.
No sé qué pasa que cuanto más ensayo mejor improviso. Músico de Jazz.
Esfuerzo, Talento, Sacrificio, y Disciplina. ¿Quieres tener buena suerte? ¡Esfuérzate!
(Cuando hablamos de disciplina no es castigo, sino la capacidad de determinación, la voluntad de hacer).
3. Aporta Valor
En la vida tienes dos opciones, o aportar o restar valor. No puede ser neutro. Esto se aprecia mucho trabajando en grupo. Cuando todos se requieren a todos se conoce con el concepto de interdependencia: cada uno es independiente en lo que hace, y al mismo tiempo depende y los demás dependen de él.
¿Dónde quieres jugar tú, en tu círculo de influencia o en tu círculo de interés?, que normalmente te genera preocupaciones. Aportar valor es saber vivir dentro y fuera del círculo de influencia.
Ocurre que los que viven continuamente pensando de si me llega o no me llega (azar), de eso que vive en la zona de preocupación e interés, pero no de influencia, les puede pasar que nunca alcancen grados de excelencia mejor, ni de ventaja. Ni de buena suerte, como le estamos llamando.
A veces en la vida nos toca actuar con lo que nos queda, no con lo que nos gustaría tener. No te concentres en lo que has perdido.
4. Sorprende.
La sorpresa es un factor de motivación tremendo. Cuando algo pasa dentro de tu paisaje natural lo discriminas. Sorprende para no estar discriminado. Diferenciándote, entrando en la mente, para generar algo que realmente importe.
5. Vive el cambio.
¿Quién piensa que el éxito en el pasado le garantiza el éxito en el futuro? Probablemente muchos diríamos que no.
Aquellos que no recuerdan su pasado están condenados a repetirlo. George Santayana
Entonces, ¿Por qué nos empeñamos en repetir las cosas como siempre las hicimos? Si sabemos que todo cambia, por qué no nos enfrentamos realmente al cambio de otra forma. El cambio siempre se espera de fuera a dentro, cuando los verdaderos cambios surgen de dentro a fuera.
El síndrome del Lúcio: un pez carnívoro de agua dulce que cuando tiene un problema y lo aislas o piensa que no puede comer, se muere. En psicología esto se conoce con el nombre de Escotoma, o de impotencia aprendida, que es que cuando los animales creen que algo no lo pueden hacer jamás lo harán, algunos llegando a morir.
La diferencia en el ser humano es que ante múltiples estímulos o ante el mismo estímulo, podemos tener respuestas múltiples.
El verdadero suicidio de la inteligencia es la rutina.
Hay que gestionar el cambio, pero para ello hay que aceptarlo. La fórmula:
cambio = necesidad – resistencia.
Lo que nos ocurre es que en ocasiones esa resistencia pesa más que la necesidad y nos inmoviliza.
6. Decisión.
Hay que tomar decisiones. El más valiente o el que tiene más coraje no es el que tiene miedos, es el que tiene la capacidad de superarlos. Hazlo, actúa. Si quieres conseguir resultados hay que generar acción.
Cuando veas una idea de éxito, detrás hay una decisión valiente. Peter Dragher.
7. Simplifica.
Es importante ser simple. Los zorros no pueden comerse al erizo porque hace una cosa tan simple como enrollarse en sí mismo. Muchas veces las ideas de éxito están basadas en cosas simples. Simplificad lo complejo.
El exceso de luz ciega tanto como su ausencia. Es más importante iluminar que deslumbrar. Cuando deslumbras a alguien, lo dejas ciego.
Simplificar significa aumentar la capacidad de escucha activa. Cuando hablamos con alguien estamos ya pensando en la respuesta que le vamos a dar. Y probablemente con el lenguaje no verbal lo que está percibiendo la otra persona es que estamos diciendo “cállate que me toca a mí”.
“Vivimos nuestra propia autobiografía en la biografía de los demás”.
8. Cree en tu magia
Si no, no podrás cambiar ni aceptar ninguna de las 7 anteriores.
Muchas veces confundimos la palabra imposible con difícil, así que diciendo la primera el cerebro ya desconecta para ni siquiera intentarlo.
Cuando es difícil significa que requiere esfuerzo y muchas ideas de los siete puntos anteriores, pero se puede. Cuando es imposible deja de existir. Elimina de tu mente la palabra imposible.
Pensamos que tomamos alternativas, pero éstas son únicas. Y dependen de dónde nos enfocamos, de donde ponemos nuestras ideas fuerzas. Cómo abrimos nuestra mente.
A título personal, puedo contar lo que me sucedió una tarde de estar faenando en un proyecto que tengo iniciado y del cuál contaré cosas en este blog más adelante. Y es que esa tarde, tras pasar unas horas trabajando ante el ordenador en una biblioteca municipal, salí a la calle a despejarme y a merendar y al lado mío había alguien que mantenía una interesante conversación por móvil acerca de un proyecto, así que me acerqué sin reparos con una nota escrita en el móvil en la que le pedía intercambiar algunas palabras cuando él acabara su conversación. Aceptó amablemente, le invité a un café para conocernos y comentarle el proyecto, y ahora forma parte del equipo como perfil técnico. ¡Un crack!
¿Creéis que fue producto del azar o de la suerte? ¿Tuve buena suerte, o yo ya tenía agua fresca y paja limpia preparada para cuando detecto este tipo de ocasiones?
Evidentemente, si no me moviera y saliera, si aquel día me hubiese quedado trabajando en casa, no lo habría conocido. ¿Es suerte o azar que él estuviera allí en ese momento preciso? Puede que otro día más adelante también me lo hubiera encontrado, pero como eso es incertidumbre, aquella fue la primera oportunidad de establecer contacto y la aproveché.
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Y tú, ¿Puedes contarnos en los comentarios alguna anécdota en la que creas que influyó la buena o la mala suerte, o tu preparación para las oportunidades?
Estaré encantado de leerlas 🙂